SIN LÍMITES A TU CREATIVIDAD – ENTREVISTAS A DISEÑADORES
HOY HABLAMOS CON MÓNICA VILDOSO, DIRECTORA CREATIVA Y FUNDADORA DE LA VILDI, CREATIVIDAD TODOTERRENO.
¿Qué importancia tiene para ti la etiqueta de un producto?
“No hay una segunda oportunidad para causar una primera gran impresión”. Este dicho traduce a la perfección la importancia que recae sobre una etiqueta. Es a partir de ella que se puede intuir la personalidad de la marca que hay detrás y el estilo de producto que se está comprando. El nombre, los colores, las formas, etc. Todo entra en el imaginario de marca que el consumidor crea en su cabeza a partir de esta primera impresión.
Como profesional del diseño, ¿qué aspectos debes tener claros en el momento de trabajar en una etiqueta?
En definitiva, la marca. La etiqueta tiene que ser coherente con los valores y la estrategia que hay detrás. Y si no hay estrategia, pues un buen brief, para tener claros los objetivos que persigue el cliente y así poderlos traducir gráficamente.
¿Y qué elementos consideras que son fundamentales en cualquier etiqueta?
Que exista el equilibrio perfecto entre un buen concepto creativo y una buena ejecución del mismo. El concepto es el desencadenante del naming y de todo el universo gráfico que viste a la etiqueta y los acabados técnicos (papel, tintas, impresión, etc.) la pincelada final para que esa idea termine de brillar del todo.
A grandes rasgos, en el proceso de creación de un nuevo diseño ¿cómo comienzas y qué pasos sigues? ¿Qué te inspira?
Yo soy muy estudiosa del branding, de crear una estrategia previa, aunque a veces me piden etiquetas que solo se basan en atributos de producto. Depende de cuál sea el punto de partida soy más práctica o más intelectual en mi proceso creativo.
Me inspira todo. Pero lo más importante para mí, es que me inspire la propia marca, su alma y las personas que dan la cara por ella. Soy muy emocional en ese aspecto. Quizás sea porque trabajo principalmente con clientes del mundo ecológico.
¿Qué aspectos son los que valoras a la hora de elegir trabajar con una imprenta u otra?
Pues, el acompañamiento en todos los procesos de impresión. A los diseñadores muchas veces se nos ocurren cosas complicadas de realizar, y es muy importante que la imprenta te brinde ese feedback técnico y la seguridad de que aquello que te has imaginado va a salir bien.
¿Has trabajado con Grupo Argraf en algún proyecto? Si es que sí, ¿qué te ha aportado como soluciones a tus diseños?
Sí, claro. Agradezco la paciencia y la implicación para lograr un resultado óptimo siempre (¡gracias Conchi!).
Es muy importante tener un buen asesor al lado que pueda resolver las dudas técnicas que requiere un diseño, su viabilidad y al mismo tiempo cruzar estas variables con los presupuestos del cliente. Todo tiene que encajar al 100% y eso conlleva un gran esfuerzo por parte de la imprenta.
Dentro de las etiquetas de vino, ¿cuáles suelen ser las peticiones habituales de las bodegas?
Este tema es muy relativo. Depende mucho de la bodega y del tipo de vino que se vaya a trabajar. No es lo mismo un vino joven que un vino crianza o un reserva… como tampoco lo es una bodega clásica y una moderna. Se presentan diversas variables antes de comenzar a diseñar.
En lo único que siempre coinciden todas, es en que no nos pasemos en el presupuesto (se ríe).
¿Cómo crees que se puede llamar la atención de un consumidor que está delante de una estantería de vinos y no sabe cuál elegir?
Bueno, aquí también depende de qué tipo de consumidor hablamos. Si este solo se va a guiar por la apariencia de la etiqueta, elegirá aquel diseño con el cual él se identifique y según sus propias percepciones de lo que significa: elegante, cañero, moderno…vs. el vino que esté buscando. Es un tema complejo.
Antes de lanzar una etiqueta hay que saber a quién se dirige y por qué. Y, sobre todo, tener claro a qué nivel se quiere competir. No se puede gustar a todo el mundo.
¿Cómo consideras que ha sido la evolución en el diseño de etiquetas para vinos?
Brutal. Creo que las bodegas se han desmelenado bastante de un tiempo a esta parte. Al haber tanta competencia, muchas se han visto obligadas a mejorar sus etiquetas y como consecuencia, los diseñadores a mejorar las propuestas y las imprentas a mejorar los acabados. Ha sido un efecto en cascada que ha hecho evolucionar al sector en general y eso nos ha favorecido a todos.
¿Cómo te imaginas las etiquetas del futuro? ¿A qué desafíos, tendencias y diferencias crees que os enfrentaréis los diseñadores?
Me las imagino más ecológicas, interactivas y mucho más segmentadas.
Creo que después del COVID 19 van a cambiar muchas cosas, entre ellas los hábitos de compra y consumo, el e-commerce va en alza, ¿cómo nos adaptaremos a una exposición cada vez más digital?, ¿qué pasará con la interacción del consumidor en los lineales? … ¿y en la hostelería?, etc.
El reto será esperar los nuevos cambios y adaptarnos lo más rápido posible a ellos. Eso sí, sin perder el eje de nuestra propia esencia creativa.